Resulta curioso cómo paulatinamente vamos naturalizando la censura que a diario ejercen corporaciones sobre nosotras. Constantemente nos topamos con publicaciones en todas las redes antisociales en las que alguna usuaria denuncia que Facebook o Instagram han cercenado su posibilidad de expresión, borrado su contenido o incluso que su cuenta peligra por algún motivo absurdo, como publicar una noticia, fundada y con todo el rigor periodístico posible, como es el caso de FactorElBlog.com, uno de los pocos medios del país en el que todavía se ejerce el periodismo.
No sólo sucede con los perfiles de usuarias, sucede a medios independientes con una flagrancia y autoritarismo que nos vuelve a poner en el loop, en el que o rompemos o aceptamos la censura. Llama la atención cómo este tipo de agresiones, no hagan que las personas abandonen de inmediato esas redes.
No todas son malas
Aunque el panorama en ese sentido es sombrío, ya hemos visto que si bien las usuarias de redes antisociales están dispuestas a aceptar que se las censure, han puesto un límite a la minería de sus datos personales, fugándose de inmediato de WhatsApp frente a su intentona de nuevos términos y condiciones.
Luego del escándalo y éxodo, WhatsApp está preocupada pero decidida a continuar su embestida contra las personas en todos los países en que puede hacerlo, ya que la Unión Europea está exenta de estos cambios producto de su legislación GDPR (de protección de datos). Es curioso cómo las empresas periodísticas no sufren estas censuras. Sobre todo aquellos que se han dedicado a difundir las explicaciones que intentó dar la corporación del telefonito verde para evitar su hundimiento.
En enero pasado WhatsApp actualizó sus términos y condiciones a una versión de extremo tacto rectal y millones de usuarias del globo decidieron abandonarla para siempre, migrando a Telegram. Otras simplemente instalaron Telegram, sin borrar WhatsApp, lo que deja a la app de Zuckerberg en una buena situación: le basta con presionar un poco más. Y eso es lo que está haciendo nuevamente y es por eso que en su web oficial noticia que si no aceptás las nuevas condiciones van a limitarte el uso de las funciones de la app, paulatinamente, hasta que pasado un tiempo ya no puedas seguir utilizándola.
En las nuevas condiciones de uso y política de privacidad, WhatsApp expone que va a hacer dulce con nuestra información, pero no leerá nuestros mensajes, lo cual resulta un total eufemismo: está claro que no les interesa leer nuestras conversaciones, sino triangular la información que contienen.
Términos y condiciones de WhatsApp 2021
Aceptar estas nuevas condiciones es una acción obligatoria para poder utilizar la app, que no tendrá efecto hasta el 15 de mayo. Llegada esa fecha WhatsApp comenzará a podarte la app de funciones, primero no vas a poder leer ni enviar mensajes desde la app, pero sí utilizarla para recibir llamadas y… notificaciones de que tenés mensajes sin leer.
En la medida en que no estás usando la app para enviar mensajes, WhatsApp aplica su política de cuentas inactivas, que plantea que una cuenta está inactiva cuando no tiene actividad durante 120 días, lo que generará que nuestra cuenta sea marcada como tal y luego eliminada, salvo que aceptemos los nuevos términos y condiciones.
Desde Tribuna Hacker, te invitamos a que aproveches este momento en que Zuckerberg se saca un poco la careta y dejes WhatsApp por Telegram. Por tu privacidad y tu felicidad. No tiene sentido dejar que Zuckerberg y sus empresas definan en contra de tu voluntad, sólo por la comodidad de no dejar de usar una app. Afuera hay luz.
¡A desinstalar!
¡Happy Hacking!