Una hacker se burló de los «machos» del mundo durante horas: enterate qué hizo

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Alguna vez escuché de boca de otra, frases que solía decir yo con el objetivo de ganarme la atención de alguna chica. Estaba yo parada en la barra de algún lugar, tomando algo, tranquila, y de pronto sucede eso: mi frase. ¡»MI» frase! siendo pronunciada por otra. Bueno, tampoco es que tenga un catálogo, sería bastante ridículo, pero resulta que sí lugares comunes, todas las tenemos. El tema es que yo creía que los míos eran sólo «MIS» lugares comunes, y no. Allí estaba mi frase en otra boca. Y hay que ver lo feo que la pronunciaba aquella persona.

Lo feo de toda esa situación fue que me di cuenta de que en realidad, no era que estaba mal pronunciada, la frase era pésima. La conclusión me puso contenta: todas las veces que la usé y tuve éxito, fue porque yo le gustaba a la persona a quien se la había dicho. Tiene su costado malo: la hipocresía de quien te besa aunque no le guste lo que le dijiste. Pero la verdad es que para amores de una noche y besos con desconocidas, yo no pido mucha sinceridad. Así que no me importó. Pero de todo eso salí con la certeza de que yo no soy única, ni «la» única, que todas decimos más o menos lo mismo, y que las frases inteligentes distan mucho de serlo.

Solemos mantenernos lejanas a la agenda de las empresas periodísticas, pero la verdad la noticia me causa mucha risa, así que hoy coincidiremos en contenidos con las sicarias de la información. No sé si estés al tanto, pero Tinder es una red social en forma de app que se utiliza para citas. El funcionamiento es simple: te loguéas con tu perfil de Facebook, encendés tu GPS, y la app te va mostrando perfiles con fotos que vas marcando con un corazón en caso de que la persona que te presentan te guste, o con una cruz, cuando no te gusta. En el caso de que exista una correspondencia (ambas se marcan con «corazón»), entonces se abre un chat y una puede conocerse. El GPS es para que te muestren gente que esté en un determinado radio.

Como era de esperarse, y por eso incluyo lo de más arriba, los hombres «machos» suelen ser desde descorteces hasta profesionalmente imbéciles en Tinder, y ayer, una hacker, reivindicando la igualdad de género y la diversidad -cosa que desde aquí aplaudimos- intervino en la aplicación e hizo que durante horas muchos hombres heterosexuales coquetearan con otros muchos hombres heterosexuales.

La forma de engañarlos también fue muy simple: creó un perfil de Facebook y una cuenta en Tinder con la imagen de una chica, y luego modificó la API (la interfaz entre la que interactúa un software para ser utilizado por otro) de Tinder para que todos los hombres heterosexuales que le dieran «corazón» a la chica, hablen entre sí.

¿Cómo lo hizo?

Bueno, también es una buena idea y también es simple. Cada vez que se generaba un par de hombres dándole «corazón» a la chica, estos hombres entraba en comunicación entre sí. Cada uno creía que el otro era la chica de la foto. Esta hacker luego de reírse y recolectar una cantidad importante de charlas publicó un informe en el que concluía que los hombres en cuestión habían demorado un tiempo considerable en notar que estaban hablando entre «machos», a lo que adjuntó lo que consideró las mejores charlas.

Desde aquí, saludamos la iniciativa, y esperamos que quienes vulneran derechos, faltan el respeto, atropellan, y exigen al mundo un trato que primero no merecen y luego no dan, sigan experimentando en carne propia las aberraciones de las que son responsables y protagonistas.

Estas son las mejores charlas según esta hacker:






Podés ver varias más en The Verge.

¡Happy Hacking!

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