Uno de los terrenos donde más se ha podido avanzar producto de la digitalización de archivos es el de la capacitación. Hace muchos años muchas nos maravillábamos de saber que una biblioteca entera podía caber en un diskette (que eran algo así como unas tarjetas que se usaban para guardar datos y que en el mejor de los casos almacenaban 1.44 mb). Claro, a las que no les maravillaba sino que las asustaba a más no poder era y es a las reinas de los derechos de autora que viven de cercenar tus posibilidades de hacer con un libro que compraste exactamente lo que vos quisieras.
Además de esto permite arrastrar y soltar los archivos y cuenta con una interfaz muy intuitiva pero que tiene muy pocas opciones de configuración, algo que le resta bastante al asunto. El programa soporta más de 50 tipos de archivos entre los que se cuentan los habituales PDF, los formatos privativos de Office, DXF/DWG, ODT, imágenes, XPS, SVG, TXT, WRI, RTF y HTML entre muchos otros que lo transforman en una herramienta muy útil para la automatización de impresiones.
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