Hoy te invitamos a disfrutar el sábado sonriendo. No sé vos, pero cuando era yo era chica hacer aviones de papel era toda una obra de ingeniería y un momento de competición. Cada una tenía sus técnicas, sus secretos, que las alas dobladas hacia arriba, el que alerón de cola hacia abajo, que la forma tipo canard, que debía parecerse a un F14, y un sin fin de situaciones similares. De chica, también jugaba con armas, pero no porque me interesara matar, me interesa y divierte la puntería. Así, una ballesta (mi arma preferida) podía generarme diversión sin límites, no fue distinto con las ondas (aunque donde vivía les decían gomeras) que podíamos fabricar con un par de elásticos y una horqueta sacada de algún árbol. Mi papá incluso había desarrollado para nosotras una pistola de madera con capacidad de disparar. Se trataba de una pistola con un elástico en la punta y una especie de L (como la ficha del tetris) que hacía de bala. Se colocaba la L en la parte de atrás de la pistola (donde va el percutor), se estiraba el elástico (una bandita) que estaba en la punta hasta alcanzar la parte de atrás de nuestra bala en forma de L. No tenía gatillo. Bastaba con levantar un poco la bala para que el elástico la impulsara hacia adelante. Hacer puntería me divertía enormemente y es una de esas cosas que he dejado de hacer sin ningún tipo de explicación (y a la que seguramente volveré luego de esta nota).
Internet está plagada de inventos geniales. Este es uno más que especial ya que transforma un arma en un juguete. Se trata de un cañón de aviones de papel. Sï, así como se lee. Ponés papel en la punta y por la otra salen aviones. Un mecanismo complejo, pero por demás divertido que carga hasta 200 hojas de papel A5 por un lado y dispara hasta 120 aviones por minuto.
Miralo, porque es realmente interesante.
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¡Buen fin de semana!
