La obsolescencia programada, sumada al hiperconsumismo, arrojan necesariamente un nivel de basura importante. Gran parte de esa basura está compuesta por distintos elementos que quedan en desuso (tratados como obsoletos por la dupla del principio) y uno de ellos son los pendrive. Bueno, con los pendrives pasa algo particular: tienen una función social parecida a encendedores, lapiceras, discos, libros y todas esas cosas que de pronto desaparecen y pasan a formar parte de las pertenencias de otra persona, aunque siempre vuelven, sea en calidad de retorno o expropiación vengadora, por llamarlo de alguna manera. El caso es que así y todo, muchos pendrive están guardados en algún cajón producto de que existen otros con mayor y mejor capacidad, más velocidad de escritura y características afines. Hoy te recomendamos algunos nuevos destinos para este hardware que no por viejo es menos útil.
Resguardar archivos cifrados
Uno de los problemas que más sufrimos es la capacidad de almacenamiento. La industria fue lo suficientemente inteligente como para acostumbrarnos a utilizar la nube para subir nuestra vida, pero al mismo tiempo aumentó las capacidades de almacenamiento estándar en varios cientos de veces durante un período bastante corto de tiempo. Esto generó que todas creyéramos que siempre tenemos lugar, pero en tiempos de consumo multimedia tan alto como el que generan las series, no hay pendrive, cuenta cloud ni disco rígido que aguanten. Cuando esto sucede, por lo general son archivos que no queremos borrar para dar paso a los nuevos, porque los consideramos valiosos por algún motivo, y allí entran en juego nuestros pendrives viejos.
Existen muchos materiales que queremos resguardar de manos ajenas pero conservar para nosotras (como nuestras filmaciones caseras), un pendrive puede ocupar tranquilamente este lugar, pero para que el resguardo sea verdadero (ya que un pendrive puede caer con mucha facilidad en cualquier mano), recurriremos a software como DiskCryptor, que permiten cifrar un pendrive muy rápidamente o incluso una partición. Con estas maniobras podremos tener nuestra información segura y totalmente resguardada utilizando software libre y de código abierto.
Aplicaciones portátiles
La gente que usa Window$ siempre está necesitado alguna. Pero también sucede que muchas veces necesitamos usar la computadora de otra persona, una amiga, una familiar, en la universidad, el trabajo o en algún comercio como puede ser un cibercafé, producto de que no siempre es agradable cargar una computadora para trabajar en otro lugar, o que simplemente no la querés llevar. En estos casos, usar un pendrive para levar las aplicaciones que más usamos o alguna que necesitemos de manera específica para una tarea (como sucede mucho en el diseño). Existen distintas suites como Portable Apps que permiten aprovechar cualquier unidad de almacenamiento (e incluso funcionan en tarjetas SD) para cargar apps como navegadores, clientes de correo electrónico, apps de mensajería, ofimática o algún antivirus, siempre a mano para poder resolver lo que necesitemos.
Crear un instalador de sistemas operativos
Este es mi uso preferido. Siempre hay alguna persona que quiere dejar de usar el sistema que te encierra tras las ventanitas. Cuando eso sucede, siempre es conveniente tener a mano un livependrive con un sistema libre que sí sea operativo. Al mismo tiempo este pendrive puede servir de disco de arranque y muchas otras funciones, transformando esta opción en una muy buena alternativa, casi una navaja suiza digital. Para esto podemos recurrir a software como Yumi Multiboot USB Creator, que permite llevar varios discos de arranque con varias distribuciones en un mismo pendrive y que pueden ser utilizadas de manera simultánea.
En fin, algunas alternativas para construir un mundo mejor de dos maneras: cambiando sistemas inoperantes, combatiendo el espionaje, resguardando nuestra seguridad y evitando la contaminación.
¡Que lo disfrutes!