La apertura de la cámara es un aspecto primordial en este dispositivo de captura, también en las cámaras que se incluyen en los teléfonos. Aquí es aún más crucial, por eso las fabricantes se empeñan en destacarla.
Las cámaras digitales no difieren en exceso de las analógicas, solo varía el soporte sobre el que se capta la luz; que después quedará revelado en fotografía. Sus elementos básicos no evolucionaron de forma abismal desde que se inventaron los daguerrotipos, tampoco las especificaciones con las que medimos la calidad de sus componentes. Una de ellas es la apertura (máxima), seguro que has oído hablar de ella. Últimamente está desbancando hasta a los megapíxeles.
Hoy sabemos que la cámara del LG V30 ofrecerá una apertura f/1.6. Es un excelente dato que debe redundar en la calidad de las imágenes, aunque sólo con esto no sepamos si la cámara es realmente buena o no. Dejando de lado el resto de aspectos determinantes en una cámara nos centraremos en lo que nos interesa: ¿por qué es tan importante la apertura en fotografía móvil?
La apertura es el ancho máximo al que puede abrirse el diafragma de la cámara
Reduciendo el funcionamiento de la cámara casi al nivel de una caja oscura podremos imaginarnos el diafragma como esa lámina que se abre durante décimas de segundo para dejar pasar la luz. Esta es la clave en fotografía: la luz. Cuanta más luz reciba el sensor mejor saldrán las fotos; de ahí que cuanto más ancho sea el espacio abierto del diafragma más luz reciba dicho sensor.
Cuanto más ancha sea la apertura del diafragma más luz pasará al sensor
Con una apertura amplia de cámara el sensor recibe mucha más luz. Cuanta más luz reciba dicho sensor la imagen tendrá mejor calidad en líneas generales. Esto es especialmente importante de noche, que es cuando más sufren los smartphones. Teniendo la teoría sobre el papel de que cuanta más luz llega al sensor más calidad tienen las fotos, con una apertura amplia se captará mucho más detalle de las situaciones poco luminosas.
La apertura por sí sola no es mágica, ya que influyen muchos otros factores, como el tiempo de exposición o la ISO. Pero sí abre la puerta, y nunca mejor dicho, a la luz, que es la clave de la fotografía. Porque los celulares parten con una desventaja enorme con respecto a las cámaras de mayor tamaño: al ser tan reducidos se limita el tamaño del sensor y también de las lentes. O lo que es lo mismo: una cámara móvil ve limitada la cantidad de luz que puede captar debido a sus dimensiones reducidas. Así que, si un móvil ofrece mayor apertura, este partirá con cierta ventaja.
Cualquier detalle que amplíe la cantidad de luz a la cámara móvil le viene genial
Ya hemos visto que una mayor apertura es una de las claves en los entornos donde los móviles sufren más: las situaciones nocturnas y de baja iluminación. Pero no nos dejemos llevar por este dato igual que lo hemos hecho por los megapíxeles desde los inicios de la fotografía digital: las cámaras móviles poseen ciertos hándicaps que no se salvan sólo con la apertura.
Los componentes son mucho más reducidos que los de una cámara réflex y hasta que una cámara compacta. También el tamaño del sensor, que actúa como carrete de 35 mm, es más reducido. Y hay otro detalle que también pesa en una cámara móvil: la distancia focal. Al tener menos espacio también se ve reducida la distancia entre la lente y el sensor, aumentando la profundidad de campo en las imágenes obtenidas. ¿Qué significa esto? Que el tan ansiado efecto bokeh o modo retrato se ve penalizado en un smartphone incluso a pesar de tener una amplia apertura.
¿Cómo se mide la apertura?
Lo habrás visto en las características de los teléfonos: con un “f/” seguido de un número, generalmente con decimales. Cuanto más bajo sea este número la apertura del diafragma será mayor. Por lo tanto entrará más luz al sensor obteniendo imágenes más luminosas.
El número “f” o apertura se obtiene dividiendo la distancia focal por el ancho del diafragma. Por ejemplo, en el LG V30 tendremos una apertura f/1.6, será el primer móvil con esta cifra.
No hay que caer en la idea de que, como la apertura es equivalente entre los objetivos de las cámaras réflex y las cámaras móviles, la cantidad de luz que reciben los sensores será la misma y, por extensión, también las imágenes serán igual de luminosas. Como decíamos antes los elementos de una cámara móvil son mucho más pequeños, por lo que siempre permitirán el paso de menor cantidad de luz. Por más que los móviles hayan avanzado, una réflex siempre obtendrá mejores fotografías de forma objetiva, aunque sólo sea por sus características de tamaño.
Entonces, ¿no tengo que fijarme en la apertura de la cámara de mi teléfono?
Es un dato importante, pero no determinante. En el momento en que un dato se convierte en argumento de venta, ya podemos entrever que ofrecerá dudas de su imparcialidad. Como hemos visto la apertura en los smartphones es importante, pero existen otros parámetros que lo son igual. O incluso más.
El tamaño de los píxeles del sensor, la estabilización para aumentar la velocidad de obturación y conseguir que entre más luz, la calidad y el número de lentes… Y el procesado de las imágenes. Cada detalle es importante en su justa medida y es en la calidad de todos esos detalles donde termina rindiendo una cámara móvil.