La empresa francesa instaló un sistema que impide usar el auto en algunos casos. Enterate de cuáles.
Muchas veces comentamos aquí sobre la necesidad de abolir los conceptos de copyright, patentes y otras formas de cercenar la libertad de las personas para hacer lo que les venga en gana (siempre que no compliquen la vida de otras personas). En alguna nota hasta comentamos, como ejemplo de la necesidad social que existe por liberar todo el software -y con ello todo lo dominado por el software- cuán ridículo sería (y es) que, luego de comprar tu auto, el fabricante te prohibiera pegarle una calcomanía o llevarlo al taller mecánico de tu confianza y elección.
Sabemos que si tenés un 0km estás obligada a hacer los services en talleres oficiales, porque si no, dan por extinta la garantía, pero lo que está sucediendo en Europa con el Renault Zoe es verdaderamente crítico, ya que no sos dueña de la totalidad de tu auto sino que alquilas una parte vital y como si no bastara con ese disparate, en caso de que no le pagues una cuota al fabricante, éste puede hacer que deje de funcionar.
Se trata de una puerta trasera por el fabricante, que utiliza DRM para que no puedas seguir usando tu Renault Zoe.
El Zoe es un auto eléctrico lanzado en 2012 que actualmente se vende en algunos países de Europa. Se trata de un hatchback un poco más largo que el Clio equipado con un motor eléctrico que transmite al tren delantero su potencia de 65 kW (unos 88 cv) con la que alcanza una velocidad máxima de 135 km/h.
El punto de conflicto aquí es la batería (una de iones de litio con 22kWh). No es la autonomía (210kms está bastante bien, salvo que quieras viajar), sino su propiedad. Cuando comprás un Zoe no estás comprando el auto completo. La batería sigue siendo del vendedor. Te parecerá ridículo, pero es una forma bastante autoritaria que ha encontrado la firma francesa para obligarte a pagar la cuota o dejar de usar el auto.
El tema de los DRM se masificó cuando empezaron a ser utilizados por Micro$oft y otras empresas, con el objetivo de que no pudieras compartir música (y que tampoco pudieras digitalizarla). Se trata de tecnologías de control de acceso muy utilizadas en videojuegos, software y hardware con el fin de «proteger los derechos de autor», pero sobre todo la condición privativa de los productos y programas.
A través de un dispositivo instalado por la fábrica, Renault controla remotamente si la usuaria del auto pagó la cuota, en caso de que no sea así, la batería puede ser remotamente desactivada y no vas a poder volver a recargarla.
Pero no se trata sólo de esto: cuando comprás el auto, dentro del acuerdo que estás obligada a firmar. te vas a encontrar con algo aun peor y es que además de no ser dueña de tu batería, en caso de que esta fuera desactivada, o surgiera un nuevo modelo (del mismo vehículo) con mejor rendimiento o duración -o lo que fuere- no tenés permitido cambiarla. ¿Te parece poco? Hay más: quien te compre el auto deberá atenerse a estas reglas y verse obligaa a pagar a Renault de por vida sólo por poder usar un vehículo.
Nos sumamos a la conclusión de BoingBoing.net: «justo lo que el mundo necesita: un automóvil del que no puedes ser dueña, y que no puedes volver a utilizar si pierdes tu trabajo y no puedes realizar los pagos mensuales. Y si el proveedor de baterías de Renault se va a la bancarrota, tu Renault queda hecho un ladrillo«.
El Zoe debería ser un auto nuevo para un mundo nuevo, y tal vez lo sea: es un mundo peor que el que existía antes de su lanzamiento.
¡Happy Hacking!