Esta nota es un despiece de «¿Qué son las cookies y para qué sirven?«
Siempre que hablamos de intimidad aparecen frases como esa. En esto lo importante no es no tener nada que esconder, el problema es primero que no lo sepas y segundo, que no se respete la intimidad de aquellas que tampoco tienen nada que esconder, pero no quieren ser espiadas.
Hace un tiempo, una empresa llamada Baynote y especializada en personalizar Internet para sus usuarias, hizo un estudio sobre las cookies utilizadas por las redes sociales con el objetivo de ver qué información captaban y con qué fines. Llegamos a esa información a través del blog de Ignacio Santiago y aquí te mostramos un cuadro que hizo al respecto, tené en cuenta que está desactualizado (casi dos años, y en Internet eso es lo mismo que un milenio).
Pero las cookies no son exclusivas de un servidor ni de una empresa, y muchas las venden, es decir: venden tu información. Muy ético, por cierto. Lo malo de esto, es que se trata de una transacción legal, porque hemos aceptado los términos y condiciones donde esto se explicita.
Las cookies sólo deberían enviarse al servidor que las originó o al mismo dominio (la «dirección» de la página web), pero una página web puede contener imágenes y otros componentes guardados en servidores con otras direcciones. Las cookies que se crean cuando se bajan esas imágenes se llaman[pullquote] «cookies de terceras», son las más utilizadas para realizar el seguimiento de una usuaria (de dónde viene, a dónde va)[/pullquote], lo que hace posible crear perfiles para cada una con el objetivo de identificarla, individualizarla, pues se cuenta con una gran cantidad de información, que la misma usuaria nos da, por lo cual es mayormente creíble.
Algunos casos de abuso
¿De dónde vienen? Claro, de EEUU. En el 2000 se descubrió que el gobierno norteamericano utilizaba cookies para perseguir a usuarias que ingresaran en sitios vinculados a la compra y venta de drogas ilegales o vinculadas a su uso (fijate qué general el término, muchas personas acusan a la gente de pelo largo y barba de fumar marihuana, y el inductivismo en esto diría «si descubro que alguien usa pelo largo y barba, la persigo, porque seguro compra marihuana»). Más tarde en 2002 Daniel Brandt (un hacktivista) descubrió que [pullquote position=»right»]la CIA estaba instalando cookies persistentes en distintas computadoras que tenían una fecha de caducidad de 10 años[/pullquote], esto viola la política de privacidad, lo que originó una serie de denuncias y el cese de esta actividad de parte de la CIA.
Pero por eso de las casualidades, en 2005 Brandt se encontró con que la NSA (sí, la del proyecto PRISM y el espionaje internacional) también las utilizaba, fue denunciada y, según dicen, ya no usa las cookies para perseguir gente.
Para cerrar, hay que aclarar que las cookies no son «malas» en sí. Toda tecnología tiene ideología (aunque a muchas no les guste y se nieguen a darse cuenta de esto) porque ha sido creada por humanos que tienen, indefectiblemente, una ideología. Las cookies son una herramienta que, bien utilizada, no tiene por qué vulnerar tus derechos, pero que mayormente no se usan en tu favor sino para venderte.
Resumiendo
- Una cookie es un archivo que instala un servidor en tu computadora y que reúne información sobre vos.
- Sirve para tener un control sobre las usuarias de un sitio web, puede recabar tanto datos muy íntimos (como contraseñas, de hecho Google Chrome, no las encripta, si guardás tu contraseña ahí es muy fácil obtenerla) como datos que no exponen tanto a las personas, pero siempre son datos de las personas, aunque si son cookies legales, se recolectan de manera anónima.
- Hay cookies legales e ilegales (dañinas).
- Pueden deshabilitarse o borrarse.
- Tienen un período de duración.
- Son la base de una enorme cantidad de sitios web.
- Son una forma de investigarte.
Ahora que estás informada, tomá tus propias decisiones.
¡Happy Hacking!