Huayra: GNU/Linux estatal y educativo

 

El 18 de Junio los argentinos tenemos una cita agridulce en Tecnópolis con la presentación de un sistema operativo libre modificado en el país de la mano del Estado.

Conocí al coordinador del sistema operativo libre Huayra hace muchos años cuando, con un grupo de hackers amigos y desconocidos pusimos en la red eso que se llama Musix GNU/Linux. Se trata -¡nada más y nada menos!- de los sistemas que hacen andar las computadoras, son modificables, estudiables (¡por eso mismo tienen sentido en una escuela!), copiables y mejorables: por eso son libres, porque te ofrecen libertades esenciales.

Si el Estado dejara de pagarle licencias a Microsoft por el Windows que viene también instalado en las 3 millones de netbooks para la educación argentina, no sólo nos ahorraríamos millones de pesos, sino que liberaríamos a los niños del uso impuesto de un producto privativo.

Para que el lector se dé una idea de la importancia del hecho: si el Estado (vos, todos nosotros) dejara de pagarle licencias a Microsoft por el Windows que viene también instalado en las 3 millones de netbooks para la educación argentina, no sólo nos ahorraríamos millones de pesos, sino que liberaríamos a los niños del uso impuesto de un producto privativo, cerrado, de una empresa que ni siquiera es nacional y que representa una piedra en cualquier proceso verdaderamente educativo: ¿cómo enseñar a programar o modificar algo que es inmodificable desde el código fuente?

 

Es la primer vez, gracias al trabajo de un movimiento social internacional del software libre, que una distribución GNU/Linux modificada en el país llega a manos de millones de niños, aún con sus defectos (contiene algunos softwares privativos, va acompañada con Windows en el mismo disco rígido), se trata de un avance notable porque en definitiva lleva el amor artesanal de muchos hackers de todo el mundo directo a las mentes de nuestros hijos/as.

Probablemente sólo algunos de los destinatarios, incluidos los docentes, lleguen a comprender de qué se trata todo esto y ejercer sus libertades esenciales con respecto a la informática, dependerá de cómo se instrumenten los planes educativos, de cómo se lleve la idea del software libre a la gente, pero por ahora quienes se encuentren cerca de la localidad de Villa Marteli, partido de Vicente Lopez, Provincia de Buenos Aires, deberían darse una vuelta por Tecnópolis el martes 18 de junio a las 10:30.

 

Allí se encontrarán con estudiantes, docentes, público en general, autoridades nacionales y algún que otro hacker… ah, y pueden solicitar que se elimine de una vez por todas el sistema de Microsoft de las máquinas de los estudiantes y docentes!

 Richard Stallman declaró que sería mejor cambiar el nombre  del plan «Conectar Igualdad» por el de «Condenar a Maldad

Resta decir que el Plan Conectar Igualdad pasó por momentos verdaderamente curiosos en relación al software que debería darle vida a las máquinas y libertad a los chicos, por ejemplo hace 2 años el fundador del Movimiento Social del Software Libre Richard Stallman declaró que sería mejor llamarlo «Condenar a Maldad» , dado que las netbooks vienen equipadas con Windows (en aquel momento era la opción de arranque predeterminada, ahora eso cambiará pero seguirá privatizando las netbooks opcionalmente). Desde aquel Ubuntu que llegaba como segunda opción, al Huayra «nacional» y popular basado en Debian GNU/Linux que reina en el sector de booteo hay un avance notable, no aún lo que los hackers quisiéramos ver porque seguimos pagando (todos, vos, yo, tu abuelita) las licencias y las privaciones de Windows.

 

Esta falencia hará que muchos usuarios acostumbrados ya a Windows encuentren sencillo utilizar la máquina con el sistema propietario de Microsoft. ¿Cómo deberíamos ver el vaso? ¿Mitad lleno, mitad vacío?

 

Como dice un hacker en su blog : «Una situación de monopolio no se revierte incrementando en 3 millones la cantidad de usuarios cautivos, aumentando las ya abultadas arcas de la empresa privilegiada, por más que a la par se ofrezca una alternativa. Pretender esto es simplemente intentar negar la influencia del “efecto de red”.»

 

Más información:

http://huayra.conectarigualdad.gob.ar

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