A vos, que vivís en otra provincia o en otro país te cuento una revelación: aquí en Mendoza se toma mucho vino. Bueno, «mucho» es una cuestión comparativa. Según una encuesta no muy reciente (2012) ni muy creíble (pero es la única que encontré), el promedio anual de consumo por habitante en Mendoza, respecto de otras provincias argentinas, es casi 6 veces mayor. Y no, aquí no hay más borrachas ni más alcohólicas que en otras provincias. Sucede que, como parte de las costumbres cotidianas, ahí donde muchas ponen una gaseosa, o un jugo, aquí se pone un vino.
El sodeado es uno de los placeres más grandes que existen y, producto de la mediocridad de algunas elitistas además estuvo moralmente vedado. Un ridículo total, pero cierto: en el país no había una vasta producción de vinos finos, cosa que empezó a darse hace ya algunos años, y en ese momento, en que aumenta la producción de buenos vinos, aparecen unas estúpidas a decirnos cómo debe gustarnos tomarlo y una serie de reglas de etiqueta absurdas, como en qué momentos hacerlo y similares que atentan contra la libertad de las personas, porque si yo me quiero tomar un vio con soda, pero vos me vas a tratar de ignorante por eso, me estás poniendo en una encrucijada: o me doy el gusto o soy una ignorante. El problema acá, es que si te gusta hacer ese tipo de aseveraciones, sos una autoritaria. Un ridículo total, hay que dejar vivir a la gente.
El tema es que el precio de algunos vinos (en realidad: los bajos sueldos que hay en la provincia) no permiten que compremos los mejores vinos que hay aquí, porque no podemos pagarlos. Pero cada tanto, podemos comprar alguno que supere el precio a los que habitualmente tomamos y eso plantea otra encrucijada, y en este punto bastante grave: ahora que vamos a gastar más que lo habitual, vamos a comprar un vino que no hemos tomado. Pero si sólo tenemos una chance, y además vamos a gastar el poquito dinero que tenemos, tememos horrendamente que el vino que compremos no nos guste o no sea bueno.
Hace un tiempo, una amiga enóloga me contaba que una buena forma de saber cuán bien viene un vino y poder disminuir el porcentaje de incertidumbre a la hora de comprarlo, es ver cuán buena fue la cosecha ese año. Y para eso justamente sirve la app que te traemos hoy. ¿Su nombre? Uno muy bonito: Vinos y Añadas Edición Mundial.
Se trata de una app para Android e iOS que reúne denominaciones de origen de los 12 países productores de vino con mayor prestigio internacional (según las desarrolladoras): Alemania, EEUU, Argentina, Australia, Austria, Chile, España, Francia, Italia, Nueva Zelanda, Portugal y Sudáfrica.
En caso de que no estés familiarizada con el término, las «añadas» no son más que las cosechas de vino de un año. Para reunir estas añadas las desarrolladoras han nucleado nada más y nada menos que la información de más de 2.000 añadas calificadas con rigurosidad y que van desde 1990 hasta 2010, algo que nos deja un margen bajo de vinos. Todavía no he tenido oportunidad de ir a comprar tras la devaluación, pero hay muchos vinos que van desde 2006 a 2010 que están por debajo de los $150 (al día de hoy: 18 de diciembre de 2015), por lo que como regalo o brebaje son grandes opciones y no resultan tan exorbitantemente caros.
Hay que resaltar algo: poner como límite el año 2010 es bastante elitista. Existen granes vinos que no tienen una guarda de ese tiempo y que nunca podrán ser tenidos en cuenta con esta app. Esto resulta bastante ridículo y debería ser revisado por las desarrolladoras.
Según nos cuentan las desarrolladoras los datos son 100% fiables y contrastados, fueron elaborados a partir de distintas listas de prestigio, por profesionales del área y son además el resultado de la opinó del club de enólogas que desarrollan esta aplicación. La interfaz es simple, práctica y muy bonita.
Así que si estás cenando con amigas, si querés hacer un regalo, si tenés una ocasión especial o simplemente tenés ganas de elegir un vino contando con más información que la habitual, Vinos y Añadas Edición Mundial te va a ayudar a no elegir un vino a ciegas. Según dicen en el sitio oficial de la app: «Sí, con esta aplicación siempre acertarás. Porque, como todas sabemos, el vino más caro no siempre es el de mayor calidad», algo que avala esta redactora al 100%.
Instalátela y tenela siempre a mano, nunca se sabe cuándo vas a necesitarla.
¡Happy Hacking!