«Enseñar software privativo es como drogar a las alumnas para generar dependencia»

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Las escuelas deben enseñar únicamente software libre para promover la libertad. Hay 4 razones específicas para eso.

La primera es para economizar. En cualquier país las escuelas están limitadas en su dinero. Por lo tanto no deben desperdiciar su dinero pagando permisos para utilizar software privativo.

Esta razón es superficial y obvia, incluso las que no comprenden qué quiere decir «Software Libre» comprenden esta razón, pero algunas empresas desarrolladoras de software privativo suelen eliminar esta razón regalando copias gratuitas o casi gratuitas de su software no libre a las escuelas.

¿Y por qué lo hacen? Para aprovecharse de las escuelas como instrumentos para imponer a la sociedad entera una dependencia a sus productos privativos.

Su plan funciona así: la empresa o la desarrolladora regala las copias gratuitas a la escuela, la escuela enseña el uso del programa a las alumnas, quienes desarrollan una dependencia al programa privativo. Luego se gradúan con la dependencia y después de graduarse la misma desarrolladora no les ofrece copias gratuitas. Y va a trabajar en otras empresas. La desarrolladora no ofrece a las empresas usuarias copias gratuitas de este programa.

Es decir que si la escuela acepta participar en este plan, dirige a las alumnas camino a la dependencia permanente y tiran consigo al resto de la sociedad a una dependencia, quizás permanente.

Es como regalar a las escuelas ampollas de drogas adictivas para inyectar a sus alumnas para que desarrollen una dependencia. Por eso, las desarrolladoras como Microsoft tienen su departamento de servicio educativo.

Las escuelas no deben participar. Deben rechazar éste regalo. Porque enseñar la dependencia a sus alumnas no es ético. No cumple con la misión social de la escuela, que es educar a la próxima generación como buenas ciudadanas de una sociedad capaz, fuerte, independiente, solidaria y libre.

¿Cómo se hace? únicamente enseñando software libre. El software que no impone dependencia.

Pero hay otra razón más profunda para la educación de las mejores programadoras.

Hay algunas programadoras natas que a la edad de 10 a 13 años quieren aprender todo del funcionamiento de la computadora y su sistema.

Pero cuando nuestra joven le pregunta a la profesora «¿cómo funciona éste programa? ¿cómo hace ésto»? si es privativo sólo puede contestarle «no lo sé» y no lo puede saber porque es secreto y no hay espacio para la educación.

El software privativo es enemigo del espíritu de la educación. Pero si el programa es libre nuestra profesora puede explicárselo cuando sepa, y luego ofrecerle una copia del código fuente del programa diciéndole «léelo y comprenderás todo».

Y lo leerá, porque le antoja leerlo todo. Y la profesora puede decirle «Si encuentras algún punto que no comprendas muéstramelo, y podemos comprenderlo juntas» y así nuestra programadora nata tiene la oportunidad de aprender algo muy importante: éste código no es claro, no se debe escribir así.

A las programadoras natas no hace falta enseñarles a programar, porque para ellas es obvio. Leen un manual y dicen «ah, programar es ésto, ¿qué otra cosa podría ser?» pero programar bien es otra cosa. Una aprende a programar bien con leer mucho código y escribir mucho código. Sólo el software libre lo permite. Con el software libre nuestra joven puede leer el código de programas reales, que realmente se usan. Y también puede escribir cambios en este programa. ¿Cómo aprender a escribir el código para programas grandes? Hay que comenzar con lo pequeño. No con programas pequeños, porque ni siquiera comienzan a mostrar los retos del código de programas grandes. Hay que comenzar escribiendo pequeños cambios en programas grandes. Sólo el software libre ofrece ésta posibilidad. Así aprendí yo. Trabajando en la universidad MIT. Mi trabajo era mejorar el sistema operativo. Un sistema operativo libre que teníamos. Por lo tanto tenía que leer programas y escribir cambios. Y al haberlo hecho cientos de veces, sabía hacerlo bien.

Hoy en día cualquier escuela puede ofrecer la misma opción de aprendizaje, pero sólo si es una escuela de software libre.

Pero hay otra razón más profunda aún. Para la educación moral. La educación para la ciudadanía. Porque cada escuela debe enseñar no sólo hechos y métodos sino también, y por sobre todo, el espíritu de buena voluntad. El hábito de ayudar a tu prójima.

Por lo tanto cada clase debe tener esta regla: alumna, si traes un programa a la clase, no debes guardarlo para ti, debes compartirlo con el resto la clase. Y debes traer también el código fuente para que todas puedan aprender cómo funciona.

Pero la escuela debe seguir también su propia regla. Debe también compartir el software en su propia clase con las alumnas. Es decir. No puedes traer código privativo a la clase, y la escuela tampoco puede. Porque el software privativo no es ético y es la enemiga del espíritu de la educación. Si tienes alguna relación con una escuela es tu deber militar por la migración total de la escuela al software libre.

No se hace en un año. Migrar completamente una escuela es mucho trabajo. Hacen falta años para éste trabajo. Pero cada año debe tomar un paso bastante grande para llegar en unos años. Y si no lo hace tu deber es militar por esta migración. Y una cosa que sirve mucho es buscar aliadas. Buscar otros alumnas, buscar profesoras de acuerdo con la migración. Pero hay también algo que cualquier estudiante puede hacer para tener influencia: es en la primera reunión de una clase preguntarle a la profesora si la clase exige el uso de algún programa privativo y si es así, dile a la profesora «mi conciencia no me permite usar éste programa privativo. Por favor busque conmigo la manera de que pueda hacer el trabajo de la clase con software libre aunque me cueste más tiempo, porque quiero hacerlo éticamente».

Ésta petición tiene fuerza moral, porque no es una petición de evitar hacer el trabajo. Es una petición de hacer el trabajo quizás más difícilmente, pero más éticamente.

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