En los últimos días, recién iniciado el 2025, Elon Musk despertó alarmas en todo el mundo por apoyar abiertamente a políticas de la extrema derecha europea, entre ellas la candidata a canciller alemana Alice Wiedel con quien tuvo una entrevista y en la que deslizaron el nombre de “Hitler”.
Tras financiar la campaña de Donald Trump y su ascenso a la presidencia de los Estados Unidos, las políticas europeas se preguntan a quién más financiaría la magnate sudafricana titular de Tesla/Space X y X (ex Twitter).
La última noticia que se conoció sobre Musk fue su apoyo a la candidata de la extrema derecha alemana, lo que lleva a preguntarse si esta especie de diabólica Tony Stark usó los inventos de su propia compañía de tecnología para hacerse de los recursos económicos necesarios que llevaran como caballo de Troya a sus candidatas favoritos al poder.
Cabe recordar que Musk nació en Sudáfrica y que sus ingresos familiares provinieron de una mina de esmeraldas en Zambia.
La influencia nazi en el país de origen de la tecnócrata millonaria, Sudáfrica, lleva a pensar que éste sería el motivo de su decisión de apoyar sin escrúpulos a la ultra derecha más recalcitrante y peligrosa.
Repasemos la historia de la influencia nazi en Sudáfrica
Entre los años 30 y 40 ya se encontraba el movimiento nazi sudafricano conocido como “Movimiento Nacional Socialista Sudafricano” (SANP) cuyo nombre abreviado era “Camisas grises”, fundado por Louis Weichardt quien pretendía que el SANP atrajera tanto a las blancas «inglesas» como a las «afrikaners», alegando que ambas eran de raza «nórdica».
Pero la fuerza de la organización se encontraba en las comunidades rurales y blancas pobres “afrikaners”, el nazismo atraía a muchas.
Según The Observation Post, “Weichardt expuso su argumento y visión «nórdicos» en «Die Waarheid/La verdad» y al igual que Adolf Hitler atribuyó los problemas de Sudáfrica a una sola fuente: las judías.
Weichardt afirmó que el «dominio» judío de los servicios legales, médicos, dentales, comerciales, de venta de bebidas alcohólicas, etc., oscilaba entre el 60% y el 100%, y escribió:
“Estamos decididas a poner a la judía en su lugar. No vamos a tolerar que se les lama el trasero; las sudafricanas gentiles –de habla inglesa u holandesa– ya no están dispuestas a desempeñar un papel secundario frente a estas extranjeras”.
Claramente el Reich no se extendió a Sudáfrica pero sí existía este movimiento considerado un departamento a parte del Partido Nazi donde se agrupaban las miembros que se encontraban fuera del Reich.
Al igual que el modus operandi de la militancia libertaria en Argentina, este movimiento nazi sudafricano tenía su propia División de Asalto: “Sturmabteilung”, un grupo paramilitar cuyos objetivos eran intervenir en asambleas de partidos opositores para romperlas o proteger los mitines nazi.
Según el Cape Town Holocaust & Genocide Centre, “Sudáfrica acogió aproximadamente a 3.500 judías alemanas hasta que, a principios de 1937, se aprobó la llamada ‘Aliens Act’, que cerraba de facto las puertas a estas inmigrantes (que huían de Alemania)”.
Alrededor de 1948, ya durante el Apartheid, las veteranas de guerra sudafricanas, luego de ganar la Gran Guerra (Segunda Guerra Mundial) para librar al mundo del nazismo y el fascismo, al llegar a su hogar se encontraron con el panorama descripto: políticas nazi y neonazis de producción nacional.
Es importante saber que si usás X o Grok vos también sos una militante más que financia a la extrema derecha. No todo el dinero de Musk para su militancia proviene de Tesla y el sector privado.