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Educación: propuestas para deconstruirla y crear una que sea socialmente útil

A partir de los resultados difundidos del relevamiento realizado por el Ministerio de Educación de la Nación sobre 28000 escuelas, que arrojan datos a tener en cuenta, sabemos que el 30% de las estudiantes de primaria y el 50% de las de secundaria no llegaron a resultados satisfactorios. Esto según la información ofrecida por mdz, que titula la nota ‘¿Qué falla en la educación mendocina?’. Luego solicita a la lectora participar de una encuesta preguntando si un plan social determina el nivel educativo, si la enseñanza de las matemáticas debe cambiar de metodología o si los contenidos curiculares deberían estar respaldados por la necesidad de la estudiante. 

Surgen al respecto algunas reflexiones que comparto.

¿Qué falla en la educación? Todo, o casi todo.

  • Los diseños curriculares que plantean situaciones problemáticas que poco tienen que ver con el contexto vivencial de la estudiante.
  • La comunicación docente-estudiante que todavía resalta una relación autoritaria que no permite la pregunta, la duda y menos aún la reflexión libre de la estudiante.
  • La falta de democracia dentro del espacio escolar, porque todo aparece como impuesto desde “arriba” y no como demanda de las necesidades de intereses educativos de las diferentes comunidades y menos aún como resultado de un trabajo colectivo.
  • La escasa participación activa de la estudiante en el proceso educativo, es decir, que sólo sirve su participación pasiva, esto es recibir y demostrar que está “aprendido”, o sea: repetir sólo la información brindada por el sistema a través del docente. 
  • La preponderancia de la filosofía positivista en la evaluación. Es decir que todavía se tiene en cuenta los resultados aislados, en lugar de la observación de todo el proceso para llegar a un lugar común, es decir, la comprensión global.

Además es preciso tener en cuenta que los sistemas educativos públicos, atraviesan una profunda crisis porque el Estado no aporta lo suficiente para un desarrollo integral de la estudiante-ciudadana. No provee las herramientas para desplegar habilidades sociales básicas que le posibiliten entender y comprender el mundo que le rodea. La Institución escolar siempre va muy por detrás del avance social, y de la ciencia.

Hoy por hoy. la expansión de los grandes conglomerados mediáticos “educa” con gran ventaja sobre la escuela, y las nuevas tecnologías a disposición de cualquier ciudadana brinda toda la información que necesita pero siempre en forma aislada e individual. No existen políticas públicas destinadas a utilizar colaborativamente, cooperativamente estas nuevas tecnologías.

La comprensión lectora radica principalmente en un proceso que la escuela aún no prioriza, cuyo primer paso educativo es enseñar a pensar, a reflexionar sobre la existencia, a mirar de forma “integral y crítica” el mundo que le rodea. Aprender a involucrarse con la otra, a crecer en relación. La primera comprensión “lectora” debe ser la del mundo que nos rodea.

Luego vendrá la relación con la tecnología, y esto es con el libro, con las redes, y con todos los medios de los que se dispone, pero de una forma ya más comprometida y organizada en comunidad con el objeto de desarrollar proyectos colectivos para todas.

Entonces, la utilización de estos objetos tendrá otro sentido con una estudiante–ciudadana comprometida con su realidad, con su entorno. Porque estará parada de otra forma frente al mundo y sus acontecimientos; y la comprensión “lectora” sólo será una dimensión más en el proceso de comprensión del sistema – mundo que le rodea.

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