Las redes WiFi públicas pueden salvarnos el día cuando no tenemos datos o cuando directamente no tenemos tarifa de datos contratada. Debido a la expansión de los smartphones, estas se han hecho muy populares con el tiempo. Ya no hay cafetería, biblioteca, restaurante o comercio que no ofrezca WiFi a sus clientas.
Pero esto también entraña un riesgo. Las redes WiFi no se pensaron con la seguridad como prioridad, por lo que cualquier dispositivo conectado puede ver al resto que también está conectado. Esto también incluye su tráfico, los datos que envían y reciben de Internet. Y una atacante puede aprovechar esto para capturar nuestros datos, interceptándolos antes de que lleguen a su destino.
Incluso algunas atacantes aprovechan la popularidad de las redes WiFi abiertas para crear redes WiFi trampa. Se colocan en la calle, crean una red WiFi gratis, y esperan a que las usuarias se conecten. Como todos los datos pasan por la atacante, puede intentar leer todo lo que se transmita, localizarnos por la calle o incluso cambiar los paquetes.
Usá HTTPS siempre que puedas
El HTTPS es nuestra primera línea de defensa. Esa pequeña pieza en la dirección de la página web no sólo nos asegura que la página es la que dice ser; también certifica que la conexión es privada y segura. Ojo, no confundir con HTTP.
En el navegador es muy sencillo comprobar si una web está usando HTTPS, sólo tenemos que fijarnos en la dirección o ver si ha cargado un candado. El problema está en las aplicaciones; depende de la desarrolladora hacer las conexiones con HTTPS o no. Los manuales para las desarrolladoras de Google y Apple siempre lo recomiendan, pero en algunas ocasiones no es obligatorio.
Cifra tu conexión con una VPN
El HTTPS no lo es todo, y tampoco es una medida inexpugnable. Una atacante puede seguir intentando atacarnos aún usando HTTPS. Por no hablar de todas las webs y aplicaciones que todavía no usan HTTPS en sus conexiones. Así que es una buena primera barrera de defensa, pero no es toda la defensa que podemos adoptar.
Aquí es donde entran las conexiones VPN. Las VPN hacen que tu conexión pase por un servidor concreto antes de salir a Internet. Normalmente se usan para simular que estamos en otra parte, o para acceder a recursos empresariales. Pero también sirven para acceder a Internet de manera segura por una buena razón: la conexión entre nuestro dispositivo y la VPN siempre estará cifrada.
VPN gratuito: ProtonVPN
Por ello se suele recomendar a las usuarias que no confíen en VPN gratis o de orígenes extraños. Pero esta vez podemos hacer una excepción, porque las creadoras de ProtonVPN son las mismas que han creado ProtonMail, el famoso servicio de correo electrónico seguro.
Sigue siendo un VPN gratuito, y quizás sea igual que el resto, pero la presencia de estas creadoras aporta cierto grado de seguridad.
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