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Cómo ganar dinero produciendo videos para Internet

Una de las cosas que me resultan más atractivas de las criptomonedas, es que si se utiliza el minado como forma de monetización de contenidos online, se cae la trata digital de personas. No porque las criptomonedas sean tan revolucionarias (por momentos da para pensar que su revolución existe, pero no es del todo amigable con la humanidad), sino porque no tiene ningún sentido desarrollar un sistema de monetización que requiera de la información de las personas, eso que aquí en Tribuna Hacker llamamos ‘trata digital de personas’, que no es otra cosa que la venta de toda la información que te hace única, salvo tu nombre. El asunto es que la infraestructura que requiere esa trata digital de personas es carísima junto a la que se requiere para minar criptomonedas vía web, lo que, paralelo a la desmonetización que viene dándose en todo el universo de Google (cada vez pagan menos y los montos ya son ridículos, a nadie le interesa trabajar 40 horas por semana para ganar u$s100 al mes, por ejemplo), hace que minar criptomonedas con un navegador web sea más rentable que monetizar en los niveles ridículos que se dan en AdSense y YouTube.

Estamos ante una especie de tormenta, porque YouTube se ocupó en cercenar y desmonetizar los canales más pequeños, puso mayores restricciones sobre el material disponible y sumó una moderación más activa que la que tenía anteriormente. Este cócktel de imbecilidad corporativa generó un enorme y creciente número de usuarias que hartas del maltrato de YouTube están abandonando el ruedo para poder seguir viviendo de su trabajo. Una de las alternativas de la actualidad es DTube, un servicio similar a YouTube, que está basado en el protocolo IFPS y utiliza la blockchain Steem, cuyo sistema de recompensas se encarga de pagar a quienes generen contenidos de acuerdo a la cantidad de visitas y comentarios que reciben.

No es ninguna novedad que la mayoría de las últimas decisiones que tomó YouTube le explotaron en la cara. Hay quienes orientan sus reclamos a lo técnico pero al mismo tiempo existen otras personas que han transformado a YouTube en un punto importante de sus vidas (como canal de expresión pero también como ingreso económico principal). Estas personas ya no tienen casi ninguna razón para celebrar el funcionamiento actual de la red de videos de la gigante de la trata digital de personas. Especialistas sostienen que se debe a la falta de competencia, y tal vez sea cierto: si hablamos de contenido bruto, no hay nadie que se le acerque ni un tantito, pero si todo sigue así, en poco tiempo YouTube estará comiendo de su propia basura mientras otras plataformas descollan en la red.

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DTube es una plataforma de distribución de videos que utiliza un protocolo de código abierto P2P llamado IPFS (InterPlanetary File System) y la blockchain Steem por lo que trabaja de una forma muy similar a Steemit. Debajo de cada video, podés ver cuánto dinero ha ganado la creadora hasta tu visita. La economía de esta plataforma es bastante distinta a la de YouTube ya que no existen ads tradicionales y todos los pagos se hacen a través del sistema de recompensas de Steem. Además de esto, los vídeos sólo reciben criptomonedas por un máximo de siete días (seguramente se trate de una estrategia que lleve a aumentar el material alojado en DTube) según dicen para romper con los monopolios de las recompensas. Algo muy interesante de DTube es que los beneficios alcanzan a las usuarias en general.

La plataforma no tiene un sistema oficial de moderación y se ha vuelto una alternativa muy atractiva y al mismo tiempo muy rentable para un enorme número de usuarias que desea dejar atrás a YouTube. Entre las críticas que puede hacérsele, las especialistas destacan que muchos vídeos tienen algunas dificultades al cargar y que no es posible ajustar la calidad del streaming. Otro bemol es la cantidad de contenido pero… ¿qué pasaría si alguien quisiera bajarse muchos vídeos de YouTube y colocarlos en DTube para hacerse de unos morlacos fácilmente?

En fin, metele la cuchara y contanos cómo te fue.

¡Happy Hacking!

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