En la Edad Media se perseguía a las mujeres que se internaban en los montes y bosques a buscar plantas que podían curar y enfermar. Las mujeres que legaron a todas las generaciones venideras magníficos herbolarios, que nos explicaban las características de cada planta de la región. Se las llamo brujas, hechiceras, amantes de Satán y ésa fue la excusa de la Iglesia y el Estado para perseguirlas; hasta incluso a las mujeres que luchaban en nombre de la Iglesia como Juana de Arco fueron acusadas por hechicería y quemadas vivas por las canónicas de la enemiga; es que esto de escuchar a Diosa es algo complejo y a veces parece un teléfono descompuesto, así que usan la regla más básica: ¡¡¡es mujer, quemadla!!!
Pero las mujeres no se rindieron y resistieron en las sombras, pasándose los saberes de unas a otras, en reuniones casuales; de madres a hijas; o bien dejando escritos con seudónimos masculinos. Esa larga estirpe de mujeres -que viene desde Hipatía hasta el presente- nos ha legado científicas que han buscado mejorar el mundo; aprovechando el Encuentro Nacional de Mujeres hablamos con Silvina Fernández una de esas descendientes que buscan respuesta en ese mundo construido para hombres.
Silvina es militante de Jóvenes Científicas Precarizadas y entabla el dialogo desde esa posición.
Preguntamos ¿cómo ven las mujeres la tecnología en estos momentos? Y ella nos relata el doble juego de exclusiones que sufren las pares en un sistema tan patriarcal como el científico, los problemas que deben afrontar por ser mujeres, la problemática de la maternidad, ante un sistema meritocrático.
Esto nos lleva a analizar un poco el mundo científico argentino y el largo camino recorrido hasta el presente antes de simplemente escucharla.
Desde el año 2000, en plena crisis de la política neoliberal llevada a cabo por los gobiernos de Carlos Menem y De La Rua; el número de mujeres empezó a crecer y se instaló en una saludable paridad, que en los pasados doce años kirchneristas se afianzó en un margen que va del 48 al 52% de la plantilla de investigación científica del país, aunque esa paridad no se refleja en los cargos jerarquicos.
Igualmente Argentina es el país que tiene el mayor porcentaje de mujeres en actividad en el campo de la ciencia y tecnología, que en 2012 llego al 62% frente al 20% de Estados Unidos.
Este porcentaje de mujeres científicas no sólo se refleja en las tarjetas de entrada y salida de los laboratorios, sino en la cantidad de artículos publicados por las científicas en revistas internacionales de primer nivel, las invitaciones que se cursan desde seminarios internacionales a las mujeres del campo científico y la participación de estas en grupos de investigación como es el caso de la fisica especializada María Teresa Dova que fue parte del descubrimiento del bosón de Higgs, el 4 de julio de 2012 y del equipo de la popularmente llamada “Máquina de Dios” que es en realidad un Gran colisionador de Hadrones que permitió descubrir la minúscula sustancia subatómica que protagonizó el Big Bang que originó todo. Pero siguen teniendo que hacer tres veces la cantidad y calidad de trabajo para ocupar un lugar que se sigue considerando masculino.
Gracias a la lucha de las compañeras se han conseguido armar una estructura de contención que le permite a la mujer que investiga seguir haciéndolo cuando es madre, cosa que no sucede en otros países.
Esa estructura hoy corre el riesgo de ser desmantelada por el gobierno de Cambiemos, que ya ha reducido el presupuesto científico a niveles históricos anteriores al 2001; no muy lejos de la realidad del “Vayan a lavar los platos” de Domingo Cavallo Ministra de Economía durante los gobiernos de Menem y la Alianza.
Una investigadora simplemente no puede dejar su trabajo en pausa un año para cuidar a su hija recién nacida, o unos años hasta que pueda dejarlo en una guardería; el trabajo científico requiere de una formación permanente y de una continuidad en los protocolos y procesos, que dificultan el recambio de las científicas.
El gobierno de Cambiemos hoy ha dispuesto una reducción significativa de la inversión en ciencia y tecnología de unos 200 millones de dólares y licenciado algunos de los logros científicos de los últimos años como es el caso de la técnica oncológica basada en inmunoterapia que fue licenciada por el Instituto Leloir y el CONICET a la biotecnológica Unleash Inmuno Oncolytics.
La «inmunoterapia oncolítica» es licenciada por el Instituto Leloir y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) a la biotecnológica Unleash Immuno Oncolytics.
Esta es sólo parte de los problemas a los que se enfrentan las Jóvenes Científicas Precarizada. Nos garantizan Soberanía Tecnológica, Soberanía Sanitaria, Soberanía Alimentaria, Soberanía emocional y Soberanía del Conocimiento (Educativa y de la Creativa). Esto se ha venido garantizando por la lucha de muchas y hoy puede perderse y si se pierde la estructura de contención, si se retrocede con las garantías de maternidad, si se dan a licenciamiento privado el conocimiento producido por todas, con la pérdida de la paridad única a nivel mundial que se da en nuestro país.
Con este panorama las invitamos a escuchar a nuestra entrevistada.
Fuentes
http://www.conicet.gov.ar/argentina-es-el-pais-con-el-mayor-porcentaje-de-mujeres-activas-en-ciencia/
http://www.clarin.com/viva/cientificas-destacadas-pais_0_1613838762.html
http://www.ragcyt.org.ar/descargas/6628_doc.pdf
http://www.scidev.net/america-latina/genero/noticias/mujeres-argentinas-son-minora-en-puestos-de-respo.html
http://noticias.universia.com.ar/portada/noticia/2015/10/05/1131963/crece-numero-mujeres-cientificas-argentina.html
http://unleash.bio/about/#management
https://archive.org/download/EntrevistaASilvina