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Biorecicladores: una opción de consumo de servicios

Las máquinas biorecicladoras son aparatos que al recibir una botella de PET o una lata de aluminio emite un boleto para el transporte público. Fueron muy utilizadas en China y hace poco empezaron a utilizarse en México.

Tanto Beijing o México DF son productoras de un volumen de basura en contenedores PET y latas de aluminio que van de los 30 a los 50 millones de tonelada. Estos aparatos tienen un mecanismo inteligente que divide las botellas y latas por tipo y las compacta para su posterior derivación a centros de reciclado; mientras según la cantidad y peso recibido impacta en la tarjeta del transporte público un valor que luego es utilizado para viajar.

En muchos países de habla hispana se sigue considerando el reciclado de desperdicios un slogan ecologista o “verde”; mientras en los países asiáticos ya hace mucho se lo considera una actividad económica que se regula aportando beneficios ambientales y beneficios económicos-sociales. Los primeros se reflejan en la baja contaminación y los segundos en la alta tasa de empleo utilizado en el reciclado y sus derivados; como también en una cadena de consumo de materias necesarias para agregar valor y procesar los desperdicios.

Con los biorecicladores se está impactando en principio en una idea práctica sobre el ambiente, porque aquí las usuarias del transporte público reciben un beneficio directo por su contribución, el estado se libera de buena parte del manejo de desperdicios (que es una actividad que requiere montos elevados para su manejo) y se realimenta el circuito convirtiendo esos desperdicios sólidos en nueva materia prima.

Este mismo método puede ser implementado para otros desperdicios sólidos con la consiguiente escala de recompensas para que sumen dinero a su tarjeta magnética y esta pueda ser utilizada no sólo para el transporte público; sino también como tarjeta de consumo para hacerse de objetos necesarios en las tiendas adheridas, o cambiar su monto por entradas de cine, teatro o recitales; o bien para realizar donaciones a instituciones como Lalcec o el Hogar de la Huérfana.

Generalmente estas máquinas han sido emplazadas en ciudades como México o Beijing donde los índices de contaminación ya son muy altos; en Beijing no puede verse el cielo desde hace años por la nube de smog que se ha instalado sobre la ciudad producto de medios combustibles muy contaminantes y una superpoblación creciente.

Pero; no es necesario llegar a esos niveles para pensar en reciclado; es más, sería deseable que los gobiernos iniciaran políticas que apuntaran al reciclado de sólidos primero y de orgánicos después, mucho antes de llegar a niveles de contaminación lesivos a nuestra calidad de vida. Vivir con un barbijo para poder respirar limpio no es una opción; y pensarlo como alternativa solo es una muestra de la corrupción y la ineficiencia de las funcionarias.

Consideren que logramos una red de biorecicladores y centros de manejo de residuos sólidos; la segunda parte del plan se basa simplemente en un manejo de los residuos orgánicos transformándolos en abono para la agricultura y en derivados para la ganadería. También hay proyectos para producir energía con los residuos orgánicos a tener en cuenta.

Sería una interesante forma de irrumpir desde el estado en prácticas que nos degradan, sumiéndonos en una falta de sustentabilidad creciente. Y lograr una educación progresiva de nuestros hábitos basándonos en la necesidad de diversificar nuestra economía y acrecentando la posibilidades económicas del conjunto de la ciudadanía.

Espero ver recicladoras prontamente en Argentina y un transporte público más acorde a nuestro crecimiento, que trate a la ciudadana como tal y no como ganado.
http://hengplasticmx.com/bio-recicladora-2/

http://technomexico.com/bio-recicladora-hengsheng-plasticmx/

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