La integración entre WhatsApp y Facebook es algo que a nadie extraña, ya que son propiedad de la misma empresa, pero la sutileza con la que está tramando una megared de trata digital de personas sí. El de hoy no es un dato menor y es algo que notarán todas las personas que utilicen la app del telefonito verde. En mi opinión, es una razón para desinstalar. Muchas personas contamos con un perfil en ambas redes sociales, pero, como es el caso de esta redactora, preferimos dejar nuestras fotos en un ámbito privado, por lo que no ponemos fotos en nuestros perfiles.
Hoy, a pesar de que significaría una suerte de paso al costado en el mundo social, estoy considerando muy seriamente quedarme sólo con Telegram, porque Facebook, no impedirá que yo pueda decidir dónde y quién tiene acceso a mis fotos, producto de que WhatsApp comenzará a alojar las fotos de perfil en Facebook, dando un paso adelante en la integración y la vulneración de la intimidad y privacidad de las usuarias.
Como es habitual, además no vamos a tener opción para modificarlo, y como también es habitual, no tendremos ningún lugar en el que quejarnos más que nuestro muro y nuestros mensajes instantáneos. Se trata de una pésima noticia para quienes damos un valor a nuestras decisiones. Estaremos obligadas a dejar la red o no publicar jamás fotos de perfil que tengan que ver con información que no queremos que se encuentre en Facebook.
Según informan en algunas webs, Facebook ofreció a la Unión Europea garantías que esa institución consideró suficientes respecto de la privacidad e intimidad de las usuarias, el asunto es que este tipo de acuerdos NO tiene en cuenta a otros países, y viviendo en Argentina, donde si tuiteás algo que no le gusta a Mauricio Macri -nuestra presidenta- en pocas horas la policía te detiene y encarcela, al tiempo que el poder judicial también se ocupa de castigarte, no esperamos que este tipo de situaciones genere ningún tipo de queja ni ningún movimiento legislativo que resguarde nuestros derechos.
Tal vez alguna diputada o senadora, alguna defensora de los derechos humanos, pueda interesarse en los derechos de la sociedad a la que representa y elaborar una ley al respecto, pero hasta tanto suceda deberemos soportar que Zuckerberg haga de nuestras vidas lo que quiera o no usar sus productos, cosa que desde aquí te recomendamos.
En fin, otra excelente razón por la que desinstalar una porción del imperialismo que habita nuestros teléfonos y migrar a universos más cálidos donde nuestros derechos no sean materia de ningún tipo de acción bursátil.
¡Happy Hacking!