Amnistía Internacional y otros cinismos

Recuerdo cuando vivía en la calle Desengaño, de Madrid. Petada de prostitutas. En aquellos años prácticamente todas eran drogadictas. Ahora son de Europa del este, de África, de América Latina…

Anda que no están contentos los puteros ni ná… Cómo se va a comparar: follarse a una tía que casi no se tiene en pie y que, a veces, parecía al borde de la muerte, a follarse chicas jóvenes y con ese “punto exótico”: ¿Qué quieres probar una negrata? Pues una negrata ¿Una sudaca? Pues una sudaca ¿una rubia de ojos azules? Aquí esta. ¿te pone el punto oriental? Pues no se hable más…

Claro que, como dicen en Francia, “Tous les gouts sont dans la nature” (todos los gustos están en la naturaleza). Y, por eso, algunos disfrutan follándose a una vieja, o a una fea, o a una con síndrome de Down, o a una “drogota” enferma… Hasta pueden encontrar un plus: despreciarlas, insultarlas, humillarlas, odiarlas sin cortapisas, sabiendo que su indefensión es aún más mayúscula. No es que a las otras mujeres les tengan consideración, no. Si le tienes consideración a alguien, no le metes tus genitales por donde te parezca a no ser que la otra persona se lo pase tan bien con eso como tú te lo estás pasando.

Cuando yo vivía en Desengaño tenía un vecino muy enfadado con el asunto de las prostitutas, no porque le pareciera mal la prostitución en sí, pero no quería que estuviera allí. Decía: “Esto le quita valor a nuestra propiedad. Y por aquí pasan niños… A estas pelanduscas se las deberían llevar a las afueras. Estarían mejor que afeando el centro de Madrid”. Estoy segura se irritaba por lo primero y que, el tema de los niños y de la estética, lo decía de adorno, para disimular.

Aclaro que él era usuario de prostitución masculina. Ignoro dónde estaban los prostitutos que él usaba con tan buena conciencia, pero allí en nuestra calle, no. Seguramente en sitios menos vistosos y más recatados (entre otras razones porque son muchos menos).

En fin… seres cínicos.

Me viene todo esto a la memoria a propósito de la cubierta de la revista de Amnistía Internacional de Holanda, esa que muestra una refugiada monísima y medio desnuda ofreciéndose al voyeurismo masculino sobre fondo de chalecos salvavidas…

Se formó un escándalo y lo tuvieron que retirar.

¿Qué pasa? ¿A.I. no se atreve a ser consecuente con sus posiciones? Porque A.I. sostiene la legalización de la prostitución “por el bien de las mujeres pobres del tercer mundo”, esas que, para poder llevarse un trozo de pollo a la boca, primero tienen que llevarse una polla (genital masculino) …

Vaya, vaya, con A.I… Además de sinvergüenzas, cobardes y cínicos… Porque su anuncio estaba en consonancia con su ideario: “Contribuye a la campaña de AI para la acogida de refugiados y, sobre todo, de refugiadas, que mira que buenorras pueden estar algunas, que no todos los meses puedes ir a Tailandia, Filipinas o Camboya y que, a Siria, ni se te ocurra. Pero las sirias huyen a montones y ya, una vez aquí (o en Alemania) son ganado follable”.

Pues sí, no se puede apoyar la prostitución y luego escandalizarse porque se haga propaganda de ella.

A ver, si en España se regula la prostitución ¿me queréis decir con qué morro vamos a denunciar los anuncios sexistas?

¿Qué pasa? Que, si un anuncio vende sujetadores con chica “sugerente”, nos parece mal, pero si vende a la chica, bien…

Ya sé que a muchos hombres ambas cosas les parecen estupendas, pero, ahora interpelo a las feministas que apoyan la prostitución: ¿qué pasa? ¿qué vamos a cabrearnos porque se use el cuerpo de una mujer medio desnuda para vender un coche, pero no nos cabrea que la mujer en sí misma pueda ser alquilada? Ya sé que es por un rato (bueno, las mafias las compran y trafican por bastante rato) pero el hecho es que, un tipo lo mismo alquila un coche que una mujer (esta por muchísimo menos dinero, claro).

O sea, estáis como mi vecino: no os importa que las mujeres sean cosificadas y objeto de consumo, os importa verlo…

Ya dije que no entiendo por qué quienes aprueban la prostitución piden diez años de cárcel para los violadores ¿qué han hecho esos tipos? Pues llevarse algo que alguien no quería venderles pero que, en sí, puede comerciarse. O sea, como si robaran un móvil. Y oye, si la violada en cuestión estaba borracha o drogada, ni siquiera se sintió mal… Basta con que el tribunal -después de “tasar” a la mujer para ver lo “valdría” caso de estar en un puticlub- les obligue a pagar el valor más una multa…

Pues sí, hay gente muy cínica o muy incongruente. Y, si apoyan la prostitución, muy sin entrañas.

Y si no sois así, dejad de sostener organizaciones de esa calaña, aunque se disfracen de “humanitarias”.

Vía TF

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