Los ataques terroristas han revivido las propuestas de un sistema nacional de tarjeta de identidad como una forma de verificar la identidad de las pasajeras de las líneas aéreas y evitar que las terroristas ingresen al país. Por ejemplo, la Presidente y CEO de Oracle Corp., Larry Ellison, recientemente solicitó la creación de un sistema de identificación nacional y se ofreció a proporcionar el software sin cargo.
Las convocatorias más recientes para crear identificaciones nacionales son sólo las últimas en una larga serie de propuestas que surgieron repetidamente en la última década, generalmente en el contexto de una política de inmigración, pero también en relación con el control de armas o la reforma de la atención médica. Pero la creación de una identificación nacional, la tarjeta tiene olor a parche, a política extraviada y superficial. Ofrece una falsa sensación de seguridad y no mejorará nuestra seguridad, eso sí, planteará serias amenazas a nuestras libertades y derechos civiles. Una identificación nacional no nos mantendrá seguras ni libres.
Razón Nº 1: un sistema de tarjeta de identificación nacional no resolvería el problema que lo inspira.
Un sistema de tarjeta de identificación nacional no evitará el terrorismo. No habría frustrado a las responsables del 11 de septiembre, por ejemplo, muchas de las cuales, según los informes, tenían documentos de identificación y se encontraban en el país legalmente.
Las terroristas y delincuentes seguirán pudiendo obtener, por medios legales e ilegales, los documentos necesarios para obtener una identificación del gobierno, como los certificados de nacimiento. Sí, estos nuevos documentos tendrán datos como huellas dactilares digitales, pero eso no prueba realmente la identidad real, sólo prueba que se tiene ese documento, que puede ser adquirido ilegalmente.
Su creación no justificaría el costo para las contribuyentes. Es una propuesta poco práctica e ineficaz: un intento simplista e ingenuo de utilizar la tecnología geek para resolver problemas sociales complejos que al mismo tiempo genera problemas económicos.
Razón Nº 2: un sistema de tarjeta de identificación conducirá a una pendiente resbaladiza de la vigilancia y el control de las ciudadanas.
Un sistema de tarjeta de identificación nacional no nos protegería del terrorismo, pero crearía un sistema de pasaportes internos que disminuiría significativamente la libertad y la privacidad de las ciudadanas respetuosas de la ley. Una vez establecido, es extremadamente improbable que tal sistema sea restringido a su propósito original. Los números de la Seguridad Social, por citar el caso yanqui, estaban destinados originalmente a ser utilizados sólo para administrar el programa de jubilación. Pero ese límite ha sido rutinariamente ignorado y constantemente abandonado en los últimos 50 años. Un sistema nacional de identificación amenazaría la privacidad y aumentará gradualmente el control que ejercen el gobierno y las empresas sobre las ciudadanas comunes.
Razón # 3: un sistema de tarjeta de identificación nacional requeriría la creación de una base de datos de todas las ciudadanas
¿Qué sucede cuando se roba una tarjeta de identificación? ¿Qué prueba se usa para decidir quién recibe una tarjeta? Una identificación nacional requeriría una base de datos gubernamental de cada persona. Que contiene información de identificación continuamente actualizada. Es probable que contenga muchos errores, cualquiera de los cuales podría dejar a alguien sin trabajo y posiblemente -algo todavía peor- hasta que logren «arreglar» su «archivo». Y una vez que se creó esa base de datos, su uso se expandiría con toda seguridad. La policía y otras agencias gubernamentales pronto pedirían vincularse, mientras que las empleadores, las propietarias, las agencias de crédito, las corredoras hipotecarias, las remitentes directas, las investigadoras privadas, las litigantes civiles y una larga lista de otras partes comenzarían a buscar acceso, erosionando aún más la privacidad de toda el mundo.
Razón Nº 4: las tarjetas de identificación funcionarían como «pasaportes internos» que monitorean los movimientos de las ciudadanas
Hace mucho tiempo que el mundo tiene una aversión visceral a construir una sociedad en la que las autoridades puedan actuar como centinelas totalitarias y gritarnos «¡Papeles!». En Argentina, por desgracia, esto es así y dependiendo de la provincia la policía puede secuestrarte sin permitirte avisar dónde estás. Y esa intromisión cotidiana estaría unida al poder total de la tecnología moderna de las computadoras y bases de datos. Cuando una oficial de policía o una guardia de seguridad escanea tu tarjeta de identificación con su lector de códigos de barra de bolsillo, por ejemplo, ¿se creará un registro permanente de ese registro, incluyendo la hora y su ubicación? ¿Cuánto tiempo pasará antes de que los edificios de oficinas, consultorios médicos, estaciones de servicio, peajes de autopistas, metros y autobuses incorporen la tarjeta de identificación en sus sistemas de seguridad o de pago para una mayor eficiencia? El resultado final podría ser una nación donde los movimientos de las ciudadanas dentro de su propio país sean monitoreados y registrados a través de estos «pasaportes internos».
Razón Nº 5: las tarjetas de identificación fomentarían nuevas formas de discriminación y acoso
En lugar de eliminar la discriminación, como algunas han afirmado, una cédula de identidad nacional fomentaría nuevas formas de discriminación y acoso a cualquier persona que se considere «extranjera». Eso es, mirando sólo a EEUU, lo que sucedió después de que el Congreso sancionó la disposición Sanciones de Empleadoras de la Reforma y Control de Inmigración en 1985: discriminación generalizada contra trabajadoras estadounidenses de aspecto extranjero, especialmente asiáticas e hispanas. Un estudio de la Oficina de Contabilidad General de 1990 descubrió que casi el 20 por ciento de las empleadoras se involucraron en tales prácticas. Una tarjeta de identificación nacional tendría el mismo efecto a una escala masiva, ya que las latinas, asiáticas, caribeñas y otras minorías quedarían sujetas a controles de identidad y estado incesantes por parte de la policía, los bancos, las comerciantes y afines. Olvidarte el documento significaría suficiente motivo de persecución, detención o arresto de minorías. El estigma y la humillación de tener que demostrar constantemente que son de un determinado país o inmigrantes legales pesaría mucho sobre esos grupos.
Más información
- Coalition letter to President Bush Urging Him to Reject National ID Card(02/11/2002)
- Speech by Barry Steinhardt Concerning the Use of Uniform Driver’s Licenses as a National ID(02/10/2002)
- Testimony of ACLU Legislative Counsel Katie Corrigan on the Establishment of a National ID Card System(11/16/2001)
- Statement of the ACLU’s Gregory T. Nojeim on the Impact of National ID Cards on Civil Liberties (09/17/1998)
Vía ACLU