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Tiembla Google: lanzan un Street View abierto, comunitario y participativo

Encontrar un buen GPS para tu teléfono es algo complicado. Resulta una tomada de pelo que los sistemas puedan determinar con tanta precisión cualquier punto del mundo para averiguar qué hacemos, cómo y por qué, pero cuando querés llegar a una dirección… no hay señal de datos, no hay señal GPS, no existe en el punto del mapa o las calles tienen nombres mal cargados producto de que los puso allí alguien que no habla nuestro idioma ni tiene nuestras costumbres, por lo que nombres como «Perito Moreno» aparezcan como «Moreno P.» y afines.

Producto de cuestiones como la anterior existen varias apps de GPS. Algunas incorporan conceptos de construcción colaborativa y comunitaria, como es el caso de OpenStreetMap, una app realmente impresionante, que navega offline (por lo que podés irte a otro país y que no te importe no tener paquete de datos), es intuitiva y es corregida por gente que tiene idea de quiénes somos (porque el problema del párrafo anterior es producto del centralismo de la producción de software y no un error por ignorancia).

Pero hoy no hablamos de OpenStreetMap sino de OpenStreetView, una plataforma de la desarrolladora de la primera, lo que nos prepara para encontrarnos con una importante cantidad y calidad de información. Se trata de un servicio que viene a competir nada más y nada menos que contra Google Street View, producida por la reina de la trata digital de personas, que ocupa un lugar bastante pesado en el sector, ya que es la app casi ‘por defecto’ para este tipo de actividades.

Street View es realmente un proyecto interesante, permite que visites y recorras lugares a los que nos resulta difícil llegar, algo que es muy potente a nivel social, me atrevería a decir ‘igualador’ pero tratándose de cosas que hacen personas que no tienen que preocuparse por comer sino por qué comer, es un término que resulta por lo meno disparatado. Google ofrece varios recursos que permiten incorporar sus mapas en una variada cantidad de servicios, lo que no cambia que estemos ante un servicio privativo que nos trackea utilizando una cámara para grabar cada milímetro del planeta (digo, si habías pensado en el enorme esfuerzo, tené en cuenta también el enorme beneficio por el que se hizo ese esfuerzo).

Una de las características que hizo grande a OpenStreetMap es la participación de las usuarias (algo negado a quienes usan apps privativas, que dependen de una corporación para ver cómo llegar a su casa). Desde lo técnico a lo filosófico, OpenStretView es una increíble alternativa a los productos similares de Google, y está desarrollada por gente que espera que te funcione para resolver tus inquietudes en lugar de para venderte a la mejor postora.

OpenStreetView busca preservar el espíritu colaborativo y participativo de otros desarrollos que tanto éxito han dado tanto a gente como a productoras. La plataforma incorpora una web oficial, dos aplicaciones de código abierto (que no es lo mismo que libre) compatibles con iOS y Android, a lo que se suma un editor de mapas especializado, un plugin para este editor que recibe el nombre de JOSM y, según dicen en la web de las desarrolladoras, pronto sumarán soporte para otro importante editor -hoy usado en OpenStreetMap- como es iD.

Las cuentas de OpenStreetMap y OpenStretView están vinculadas, algo que no termina de entusiasmar a esta redactora ya que la centralización -de lo que sea- atenta contra la libertad y la democracia, y no importa cuán abierto y participativo sea un proyecto, esto expone a las personas y el trackeo es más preciso si se lo combina con otras variables, por lo que la creación de perfiles individuales (la última gran maniobra de Google) no resulta una alternativa aceptable para un desarrollo que pretende respetar los derechos de las personas.

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Ahora, si no son Google ¿cómo hacen para fotografiar el mundo?

El registro es la clave de la participación -y fiabilidad- de esta app. Para esto la grabación de los viajes se comparte (manual o automáticamente) luego de que tu teléfono se conecta a la web vía WiFi. No es obligatorio ir en auto, también podés hacerlo caminando o en bicicleta. La opción avanzada de OpenStreetView enlaza la app móvil con un dongle OBD2 Veepeak Mini (que vale alrededor de 20 euros), para que las usuarias tengan un hardware que permita obtener imágenes que puedan competir con la gigante de la trata digital de personas.

En fin, siempre es importante la precaución, porque la seguridad es un problema individual en temas como este, pero no por eso ser paranoicas, con no ser descuidadas ni irresponsables, basta para poder utilizar desarrollos como este, que además de colaborar con el bienestar de las personas, fomentan la participación, la solidaridad y la reciprocidad, algo que ya en sí, es un hackeo.

¡Happy Hacking!

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