Algo muy interesante que lograron las redes antisociales es haberse constituido en un espacio que puede utilizar un muy importante porcentaje de la sociedad para comunicarse. En la actualidad las redes tienen más peso que las tan temidas empresas periodísticas. ¿Por qué? Porque aunque no podamos confiar del todo en los contenidos que se difunden por las redes, cierto tipo de publicación gana credibilidad ante la flagrancia con que el poder dominante y las empresas periodísticas intentan imponernos una visión de la realidad que las favorezca. La primer actitud ante un medio de comunicación es la desconfianza, la primer actitud ante un comunicado en una red social es el desinterés. Y eso da un margen enorme de posibilidades: el desinterés es más difícil de vencer que la desconfianza, y allí está uno de los talones de Aquiles del sistema del que se sirven las poderosas para el control social, que, como hemos visto en España, Egipto y muchos otros puntos del globo, comienza a ser discutido activamente por las usuarias, sirviéndose de la posibilidad de comunicar.
La posibilidad de eliminar a las intermediarias y además de segmentar el público por intereses hacen que las redes antisociales y las redes sociales, sean un canal interesante y sobre todo efectivo desde el que comunicar. ¿No me creés? Te tiro un dato: durante su campaña a presidente en 2015, Macri destinó el 40% de los millones que le pusieron las multinacionales que pusieron el gabinete, en redes como Facebook o Twitter.
El asunto es que las empresas que están detrás de las redes, modifican su funcionamiento para obligar a las personas que quieren comunicar algo a gastar cada vez más dinero en hacerlo, esto redunda en que cada vez sea más difícil hacerse conocer en estas plataformas. Esto sólo significa que es necesario planificar y tener en claro nuestros objetivos y estrategias.
Primero: Establecer una política propia
Una buena estrategia se basa en una política clara y guías de comunicación al exterior. Para configurar tu equipo de trabajo, tenés que dividir responsabilidades en las integrantes del equipo.
Allí es necesario establecer quiénes serán las titulares de cada cuenta. Esto va a colaborar con que los equipos puedan racionalizar acciones clave como monitoreo, divulgación e interacción. En simultáneo, vas a mantener un control y seguridad más estricta sobe los perfiles que vayas desarrollando.
Parte fundamental de la política interna es definir el tono y el lenguaje de los mensajes que vas a usar. La personalidad, en redes, es clave. Para que las colaboradoras puedan contar con una guía y enviar actualizaciones en tiempo real, acorde a los objetivos planteados es fundamental proveer de ejemplos de distintas comunicaciones a quienes estén en la primer línea de fuego.
Seguirá establecer un proceso para un costado verdaderamente esencial en la temática: el retorno. Aquí es elemental responder de la manera más veloz y eficiente primero quejas y luego sugerencias. No hay nada menos creíble que un perfil que no contesta. En Internet, eso significa que nuestra interlocutora no está interesada en nosotras, en consecuencia genera una experiencia negativa que lleva a restarle credibilidad.
Nunca frustres a tus lectoras, son la razón por la que estás escribiendo.
Segundo: integrar tus equipos
Cada interacción en las redes merece la mejor respuesta de la que seamos capaces, pero no necesariamente deben ser realizadas por una sola persona o un sólo equipo de trabajo. Algunas respuestas se pueden dar a través de un espacio más afín a relaciones públicas, pero en otros casos puede requerir de una voz ejecutiva o una más artística. Para esto la colaboración interna de los equipos es determinante. Cada espacio de un mismo emprendimiento debe estar atento a sus objetivos. Si estás difundiendo un concierto y alguien consulta el valor de la entrada, el hecho de que responda la persona que luego estará en el escenario no significa necesariamente un mejor resultado en la comunicación, de hecho en algunos casos rompe con la distancia que plantea un escenario entre la artista y el público, y resulta más adecuado que responda una organizadora o alguien de la producción, porque esa distancia se mantiene y, tratándose de situaciones del mundo físico que se impulsan desde espacios digitales, los resultados deben estar a la altura de lo acostumbrado en el mundo en el que se plantea interactuar.
Tercero: Objetivos Claros
¿Qué es lo que querés lograr con lo que estás haciendo? ¿Aumentar ingresos? ¿Reducir la cantidad de comunicaciones y aumentar la demanda? Cualquiera sea la estrategia que te estés proponiendo, no puede estar ajena a una serie de objetivos claros y definidos que cuenten con un punto de referencia. Para esto podés partir desde un número de registros (ventas, comunicaciones, consultas, solicitudes, etc.) para después medir de qué manera tu desempeño ha colaborado con esos objetivos.
Internet es un universo de la sutileza, por lo que tenés que preguntarte hasta el más mínimo detalle antes de llegar a una conclusión. Un título poco atractivo puede transformarse en una razón para no leer una convocatoria al sueño de tu vida.
Cuarto: Prestar Atención
Una vez que tengas directrices sólidas y objetivos claros, es un buen momento para crear conversación. Lo fundamental aquí es escuchar lo que se dice. Cada red tiene sus características y pautas de comportamiento tácitos, no intentes mezclarlos, porque el resultado será generar ruido.
Si estás intentando competir en un sector, prestá atención a cómo desarrollan sus estrategias quienes ya están instituidas en ese rubro. No intentes copiar ideas, porque en redes sociales hay un vector emocional determinante. Si alguien nota que estás intentando parecerte a otra o que directamente sos igual, no tiene ninguna razón para leerte sino todo lo contrario. ¿Por qué te leería si ya estoy leyendo a alguien que me satisface y que además me significa los mismos resultados a mis objetivos que vos, que además sos poco original y desconocida?
Para esto es muy importante buscar las palabras correctas en los lugares acordes. Una forma de lograrlo es configurar y guardar flujos de búsqueda de palabras clave como competidoras, ejecutivas, productos, títulos de las campañas, hashtags y nombres de marca. No son las únicas características que mirar, interactuar en redes sociales es muy parecido a dar conversación en la parada del colectivo: está lleno de gente que opina distinto, que tiene vidas distintas, objetivos distintos, por lo que no podés dirigirte a todas al mismo tiempo. Dos personas diferentes pueden interesarse en una misma cosa, pero lo harán cada una a su forma, en redes e Internet, nunca desconozcas ni intentes pasar por alto este detalle. El resultado, en el 90% de los casos, es que la persona más afín a tu estrategia se interesa y la menos relacionada se va. Si hablamos de dos personas, eso significa destruir un 50% de nuestro público, cuando no es necesario ya que podemos llegar de más de una manera.
Es muy importante compartir con tu equipo estos datos ya que redunda en promover la colaboración interna y asignar mensajes a los canales más adecuado.
Si tu estrategia implica crear varios perfiles en distintas redes, entonces te recomendamos además utilizar una herramienta que permita a cada equipo utilizarlas todas desde un mismo panel de control. Esto te va a permitir mejorar tu eficacia y eficiencia, y al mismo tiempo ahorrar en tiempo maximizando energías y esfuerzos.
Para esto basta con apps como Sprout Social, Tiempy o Hootsuite, aunque hay realmente muchas, por lo que es mejor evaluar cuál se ajusta mejor a tus necesidades.
Quinto y fundamental: estadísticas
Leer y analizar estadísticas es la forma más directa y clara que podés tener para ver resultados y tomar acciones sobre la marcha. Todas las redes las proveen. Una vez que resuelvas tu estrategia, tenés que enfocarte en los resultados, las redes pueden ser muy divertidas, pero si te distraés respecto de los objetivos podés terminar realmente lejos de lograrlos, lo que a esos objetivos es un sinsentido.
Sexto: Generar y mantener el interés de tu audiencia
Las usuarias no leen, hacen click, megustean, retweetean ni nada similar que las incluya si no están interesadas en el contenido. Para generar interés podés apelar a distintas estrategias como crear mensajes simples, cortos y precisos, hacer preguntas que inviten a las lectoras a debatir, buscar provocar emociones en ellas, incluir imágenes y vídeos en tus posts para esto es muy importante, ya que son las que mayor número de interacciones generan.
Séptimo: Conocé a tu público
Te insisto: tu público es la razón por la que estás leyendo todo esto. Tal vez creas que no, que sos vos, pero no hay comunicación posible si no tiene una destinataria. La unilateralidad es propia de la información, tan característica de las empresas periodísticas, pero totalmente ausente en espacios de comunicación como resulta en las redes o en medios de comunicación (que no son lo mismo que las empresas periodísticas).
A partir de la lectura y análisis de estadísticas, vas a poder medir el éxito de tus mensajes. Si no tenés un objetivo comunicacional claro, podés terminar en errores de los más clásicos. Muchas personas nos comentan que a pesar de contar con porcentajes de interacción altísimos (esto es la relación entre el público posible de un post y el público real que tiene) pero no logran lecturas. ¿Para qué puede querer alguien que 10.000 personas le den ‘me gusta’ a un título? Si estás ante esta situación, te estás enfocando más en las interacciones que en las lecturas. Clics y ‘me gusta’ o ‘fav’ y afines, son acciones diferentes que generan consecuencias diferentes. Los ‘me gusta’ no generan lecturas, y si tu objetivo es generar lecturas… tenés que pensar cómo lograrlas.
Para esto viene muy bien valerse de distintas herramientas de análisis, aunque siempre es importante respetar a nuestras lectoras y no utilizar sistemas de trackeo como Google Analytics. En la web vas a encontrar una enorme cantidad de sistemas estadísticos que son iguales de simples y al mismo tiempo éticos. Recordá siempre: tus lectoras son la razón por la que estás comunicando, no las ataques ni abuses de ellas. Parece una estupidez, pero te sorprendería la cantidad de gente que lo hace.
¿Tenés consejos propios? ¡Nos encantaría conocerlos!
¡Happy Hacking!