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6 razones para abandonar WhatsApp para siempre (y cómo hacerlo)

En estos días de escándalos entorno de Facebook la cosa está bastante divertida. He visto a muchísima gente dejar Facebook y unirse a… Instagram, mantener su WhatsApp y su Snapchat. ¡Aviso a todas! ¡ES LA MISMA EMPRESA! Si querés dejar de lado el espionaje y la manipulación y para eso te parece que tenés que abandonar las redes… ¡por lo menos dejá las que son propiedad de la empresa que estás cuestionando!

La verdad es bastante gracioso, pero sobre todo mediocre, el tratamiento que han dado al tema las empresas periodísticas (y la gente que usa su inteligencia y habilidades para construir un mundo peor y a cambio ganar un poquito del beneficio que genera su acción en contra de las demás). El temor está en ‘perder’ todo el trabajo puesto en Facebook. Es algo que resulta ridículo… salvo que Facebook sea tu mayor fuente de tráfico. En ese caso, le pusiste tanto trabajo a Facebook que ya sos su propiedad. Andate si podés. Conozco diarios ‘de primera línea’ cuyo porcentaje de tráfico proveniente sólo de Facebook no baja jamás del 85%. Imaginate lo contestas que están si vos dejás de usar esa red social. Así que están consternadas e intentan beneficiar o entrecomillar lo sucedido con tal de no colaborar con el marcado éxodo de usuarias hacia otros espacios, donde los medios no tienen tanta cabida o exigirían que esas empresas cambien bastante su formato.

Y aquí estamos, preguntándonos qué redes deberíamos dejar y por qué. Lo importante es esto: cualquier sistema que se cobre de tus datos va a hacer lo mismo que Facebook, por lo que si lo que buscás es que dejen de hurgar en tu vida para venderte cosas, vas a tener que migrar a redes federadas y otros proyectos libres. Son excelentes alternativas, igual o más divertidas y vas a poder interactuar cuidando tu privacidad. Imaginate qué lindo un mundo donde nadie pueda dejarte sin trabajo por algo que opinaste en tu entorno de amigas.

A los motivos que ya tenés para dejar WhatsApp hoy te sumamos varios en base a nuestra propia experiencia. No, no hemos logrado abandonar del todo WhatsApp, vamos por algo más complejo como es dejar de usar un smartphone sin por eso desconectarte de tu entorno. Se trata de un experimento que está en proceso actualmente, pero en el punto específico de WhatsApp tenemos algunas conclusiones.

WhatsApp se lleva tu tiempo

Alguna vez una amiga me dijo ‘ahora con esto, trabajamos 24×7, es maravilloso’. Se refería a su celular, específicamente a WhatsApp que le permitía estar todo el tiempo trabajando. Algo que puede ser muy interesante en caso de que seas independiente y puedas manejar tus tiempos, pero resulta un karma cuando los pedidos vienen de alguna patronal o en espacios en los que lo que quieras hacer con tu tiempo no importa, como es cualquier trabajo con horarios. Paralelo a esto, cualquiera busca tomarse un respiro del hastío cotidiano, y allí es cuando vienen las largas charlas con amigas, familiares y afines. Whatsapp es una herramienta que implica el intercambio social directo entre personas o grupos con la posibilidad de hablar con más de una persona a la vez. Esto hace que cada vez que te aburras, estreses y agobies la abras para tratar de sentirte mejor. Cuando estés corta de tiempos, probá no usar WhatsApp, y vas a ver cómo el día te rinde más. Es algo de no creer.

WhatsApp se lleva tu cuerpo

Algo que nos asquea a quienes hacemos Tribuna Hacker, es que estemos pasando más tiempo hablando con gente a través del smartphone que en el universo tangible. Nos encantan los mates, los abrazos, y sobre todo la profundidad de una conversación (del tipo que fuere) personal, que incluye no sólo la presencia de otra persona, sino además el universo de otras cosas que decimos cuando hablamos personalmente (incluida la comunicación gestual). Algo que sucede mucho con WhatsApp es que aniquila el trato personal, el plano tangible de nuestras relaciones, empobreciendo luego la experiencia del contacto físico. Porque ese filo que estás teniendo en WhatsApp luego se transforma en cena y allí no usaremos memes para dar nuestras opiniones. En nuestra experiencia, dejar de usar WhatsApp significó una enorme suba en invitaciones a tomar mate, a caminar en parques, a tomar una cerveza, cantar, tocar la guitarra y millones de otras actividades que habíamos reemplazado por el telefonito verde.

WhatsApp se lleva tus ojos

Ahora que hemos estado dando vueltas por ahí sin un teléfono, nos ha parecido terriblemente triste ver la cantidad de gente que está desconectada de lo que pasa fuera del teléfono. La verdad llegó a darnos asco ver un grupo de gente en una parada del colectivo conectadas a sus teléfonos de una forma tan repugnante que parecía un fumadero de opio. Estamos convencidas de que cuanto más tiempo estés sin mirar la pantalla, más calidad de vida. Para poder chequear la disminución (porque el caso de quien hizo esta prueba era uno muy grave), quien hizo este punto en particular, se munió de un pequeño bloc de notas en el que anotó cada momento del día en que vio, desde el primero al último. Hacé esta experiencia, te van a enloquecer los resultados. Según estadísticas, el promedio mundial de tiempo por día ocupado en redes sociales a través de smartphones va de 1 a 2 horas. Con ese dato… ¿seguís pensando que no tenés tiempo para irte a caminar por un parque? No te engañes, te están cobrando por tu esclavitud.

WhatsApp genera ansiedad y depresión

Distintas investigaciones en el globo, financiadas con muy diferentes intereses, están diciéndonos que la población muestra más síntomas de ansiedad y depresión a partir de la masificación de este tipo de comunicaciones. ¿Por qué? La posibilidad de la comunicación instantánea hace que muchas usuarias crean que obtendrán respuestas en los mismos tiempos en que ellas responderían, es decir que alguien que responde de inmediato a cualquier mensaje que le llega, tiende a esperar que las demás contesten en los mismos tiempos. ¿Qué pasa cuando alguien demora horas o incluso un día en contestar? Nos ha pasado a todas. El asunto es que con el tiempo esta situación se traduce en pensamientos bastante estúpidos como ‘me está ignorando deliberadamente’ y afines, que repercuten directamente en el estado de ánimo de las personas. Esta ha sido la conclusión constante a lo largo de distintas investigaciones, entre las que se destaca una de la Universidad de Kent State de Ohio no por que aporte mayores datos sino por haber lo grado masificarse.

WhatsApp te transforma en una persona compulsiva

El mismo estudio del que hablamos más arriba, asegura que no sólo se obtuvieron datos acerca del desarrollo de actitudes ansiosas y depresivas en las usuarias, sino que además se notó que un alarmante porcentaje de la muestra que se tomó mantenía una relación compulsiva con el WhatsApp. Las investigadoras sugieren un autoanálsis: ¿ves el teléfono justo después de levantarte y antes de dormir? Si la respuesta es afirmativa, es muy probable que tengas una relación compulsiva con el teléfono o estés desarrollando esta afección.

WhatsApp puede destruir tus relaciones de pareja

Esto no es nuevo. Incluso es probable que hayas llegado a esta nota por estar sufriendo este problema. La cotidianeidad y el trato constante habitual en las parejas es asumida como una ocupación total del tiempo, producto de que con una pareja hablamos al día muchas más veces que con una amiga, por lo que el porcentaje de tiempo al habla se transforma en algo bastante notable y aparecen respuestas del tipo ‘no puedo hablar, te escribo luego’, logrando que restemos tiempo a una relación que en teoría nos importa. Por otra parte, muchas personas son víctimas de una o todas las afecciones que nombramos aquí, es algo que a la postre genera rupturas producto de que alguna de las integrantes de una pareja siente que se la está menospreciando producto de que no se le contestan inmediatamente sus mensajes.

Por otra parte, algo que sucede bastante desde el 2000 para acá, es que mucha gente utiliza su privacidad como muestra de amor o incluso llega a la estupidez de ofrecerla como prueba (eso cuando no son obligadas a perderla). Así, muchas personas sufren los conflictos que genera que su pareja invada su privacidad inmiscuyéndose en su vida íntima leyendo sus mensajes. Es necesario entender que no tenemos por qué estar las 24 horas del días disponibles para hablar. Funciones como el doble check de la app del telefonito verde y la última hora de conexión son muestras de conductas obsesivas y al mismo tiempo absurdas, porque sólo cimientan los prejuicios de quien tiene ese tipo de conductas.

En fin, verás que los motivos son varios, hay muchos más, pero nos parece que con eso es contundente.

¿Usar otras apps de mensajería instantánea cambia las cosas? La verdad es que no. ¿Y entonces? Bueno, lo que hay que dejar en realidad no es WhatsApp, sino la hipercomunicación, pero para eso, bueno es empezar por dejar WhatsApp.

¡Happy Hacking!

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